Se me acusa de perder el tiempo en causas perdidas,
De pensar siempre en la lucha constante,
Y de acicalar con un peine de plata la calvicie de la luna…
Se me acusa de soñar en voz alta los sueños rotos,
De querer estar siempre en las nubes,
Y de encumbrar tus ojos como mi única bandera…
Se me acusa de querer sin condición,
De amarte siempre hasta después del amor,
Y de pintar de rojo tus mejillas burguesas…
Se me acusa de escribir cartas sin remite a los que nunca quise,
De acercarme a los enemigos que me odian,
Y de juntar mis sonrisas a la vera de aquellos que no me aman…
Se me acusa de escribir poemas,
De escribirlos lúdico sin afán mercantilista,
Y de ser un especialista en hacer llorar y reír…
Se me acusa de querer ser feliz,
De agenciarme las sonrisas de los otros,
Y de estamparlas como broches en los abrigos…
De todo lo que se me acusa,
Me declaro culpable,
Me absuelvo,
Suaves delitos de mi propia humanidad.
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