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lunes, 19 de diciembre de 2011

Hoy mismo:

Hoy mismo en este mismo segundo,
Ahora,
En el propio espacio fugaz del ya,
Recorrería contigo las calles,
Como si se nos perdiera acaso el mundo,
O como si las resistencias de luz,
Una a una fueran a apagarse para siempre…

Y estarás colmada de todo,
O no te atreves a pulsar como yo,
Los interruptores de mi voz de almíbar,
Que se empalagan si tu nombre,
Si tu nombre se hace dueño de todo verbo que circunde,
Que ronde tus pies,
Tus manos, tu boca,
Tu divino delito a despistarte de mí…

En la mayoría de edad del amor,
Este sigue siendo irresponsable,
Porta cicatrices,
Como porta retratos de infancia,
E infantil y desmemoriado,
No se ya cuanto sufrí,
Hasta llegar hasta ti,
O cuanto padezco mientras sangro,
Cuando quiero escucharte,
Y mis ganas no te tocan…

La luna afuera dispensadora de tanta rabia,
De tantos amantes que se quedan frente a frente,
Y el silencio les rasga de un tajo las manos,
Así yo tengo partido en dos trazos mi tacto,
Escribo pensando en los botones que accionen tu cuerpo,
Y tu cuerpo es una cosa lejana,
Un dibujo veloz que no me acontece…

Cuando los parpados tiemblen a la velocidad de la luz,
De los sueños,
Se descubra por fin cuan aun más rápida,
Es la velocidad de la utopía,
Y nuestros cuerpos,
Sean chismes dormidos,
Ajenos, repetidos,
Cuando sean nuestros cuerpos,
Simples cuerpos,
Y no sean ya entonces nuestros cuerpos,
Serán todos los cuerpos,
Todos los cuerpos que recorrerán las calles hoy mismo…

Tu frente guarda todo el vocabulario “secreto”,
Que mis ojos han de padecer,
En la alegría o en el llanto,
Siempre quiero villano,
Apartar con mis dos manos toda incertidumbre,
Que atas criminal en lo claro de tus ojos…

lunes, 12 de diciembre de 2011

Se me acusa:

Se me acusa de perder el tiempo en causas perdidas,
De pensar siempre en la lucha constante,
Y de acicalar con un peine de plata la calvicie de la luna…

Se me acusa de soñar en voz alta los sueños rotos,
De querer estar siempre en las nubes,
Y de encumbrar tus ojos como mi única bandera…

Se me acusa de querer sin condición,
De amarte siempre hasta después del amor,
Y de pintar de rojo tus mejillas burguesas…

Se me acusa de escribir cartas sin remite a los que nunca quise,
De acercarme a los enemigos que me odian,
Y de juntar mis sonrisas a la vera de aquellos que no me aman…

Se me acusa de escribir poemas,
De escribirlos lúdico sin afán mercantilista,
Y de ser un especialista en hacer llorar y reír…
Se me acusa de querer ser feliz,
De agenciarme las sonrisas de los otros,
Y de estamparlas como broches en los abrigos…

De todo lo que se me acusa,
Me declaro culpable,
Me absuelvo,
Suaves delitos de mi propia humanidad.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

II:

Como una piel de aceituna,
Atravesada por un puñal de madera,
Así se sienten mis ojos,
Cuanto tus ojos “oliva” se adentran…

Gira entonces el tiempo,
Se despista el espacio,
Hace recados torpes,
Que le piden los astros…

Me siento en el lugar común de todos los días,
Soy un multiplicador de golosina y aventura,
Pero nada sucede después,
Y tus labios son objetos pseudo utópicos que nunca he besado…

Acontece que no hay razón que me tercie,
Ni gobierno que me dicte,
La constitución de tu cuerpo,
Soy la dictadura en tu anarquía…

Viva tu dios y tu patria,
Tu dios sin pecado,
Tu nación sin bandera,
Tus ojos sin dueño…

Me deslizo por los laberintos de tu oscuridad,
Me desvelo en ocasiones,
Dejo tendido acaso todo mi ser,
Por la distorsión de las cosas desnudas que esparces al aire…